Sí, quémenlo!!!
Aún a riesgo de que se me haga costumbre, voy a postear otro poema que, cualquiera puede adivinarlo, no es mío.
Esta vez se trata de lo último que dió a conocer Alejo Salem, en el último recital de Gringos.
Si no me equivoco, le hizo algunas reformas cuando lo recitó.
De cualquier manera, me pegunatron si lo conocía y lo tuve que negar: otra vez fué una vergüenza.
Quémenme
Cuando no quiera darme cuenta
de lo fácil de quedarme estúpido
o jugarme al póquer como el perro que soy.
Cuando no quieras hamacarme y caer
después de la paliza.
Consigan un frasquito con alcohol
-no hace falta ostentar, menos conmigo-
roben mi encendedor, que ya es robado
y denme fuego como si fuera un árbol
que no da frutos hace muchos veranos.
Háganme llamas y no piensen en bonzo
-no protesto lo injusto ni pretendo ser blanco
de admiración u oprobio por una fe oriental-.
Achicharren mis ropas y no piensen en Juana,
porque nunca fui al arco ni defensor de Francia.
Quémenme como el fuego que se esparció en Australia.
Que sea una pira viva o un fueguito acostado
ya me va a dar lo mismo, lo que importa es lo raro
de saberse encendido, de sentirme incendiado
por propias llamaradas.
Quémenme como paja o como a leño hachado
con técnicas de scout
o como un simple vago
que incinera una lata o para hacer asado.
Y no quieran ponerme ese chaleco
No me gustan sus mangas con las cintas
que se llevan hacia atrás mis manos
pero no mis ganas de abrazarte.
Prefiero que me quemen
y que el viento se encargue del resto.
---
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home